¿QUÉ ES EL MINISTERIO SACERDOTAL?
La reflexión teológica sobre el ministerio ordenado, sobre el sacerdocio, es hoy más iluminadora de lo que nos puede parecer a primera vista. Sitúa el sacerdocio en su relación adecuada con los laicos: es un ministerio de servicio, pero también es un sacramento en medio de la comunidad.
En buena metodología no se debe responder a una pregunta sin saber quiénes son los destinatarios. Y refiriéndonos a nuestro caso, la respuesta no se formulará de igual manera si los destinatarios son teólogos dedicados al estudio y a la docencia, o sacerdotes dedicados a la pastoral, o cristianos laicos con alguna inquietud eclesial. En este momento nos dirigimos a los laicos interesados por tener una comprensión ajustada del ministerio ordenado.
Conviene recordar que el ministerio ordenado cuenta con una densa complejidad: al presbítero le es esencial la relación con la comunidad eclesial, pero no es sólo relación con la comunidad; le es esencial la relación con el Presbiterio y el Obispo, pero no se reduce a mera relación jerárquica. Son elementos diversos los que dan la fisonomía auténtica del ministro ordenado; y la conclusión a la que se llega es convincente: quedarse en uno o en varios elementos, pero sin abarcar a todos, e intentar explicar el ministerio sólo desde ellos es un claro reduccionismo distorsionante. Subrayar un elemento del ministerio ordenado de forma absoluta excluyendo u olvidando la presencia de los demás deforma el planteamiento de la figura del sacerdote. Conviene advertir que la tendencia a centrarse en un aspecto del ministerio ordenado y definirlo desde él es bastante común, también entre los laicos.
Al intentar responder a la pregunta «¿Cómo entienden hoy los teólogos el ministerio ordenado?», intentaremos ofrecer un planteamiento que recoja los distintos elementos esenciales del ministerio ordenado según la aportación de la teología actual.
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