EL PROCESO DE LA EVANGELIZACIÓN
La Iglesia, aun conteniendo en sí permanentemente la plenitud de los medios de salvación, obra de modo gradual.
El decreto conciliar Ad Gentes ha clarificado bien la dinámica del proceso evangelizador:
1. testimonio cristiano, diálogo y presencia de la caridad (nn. 11-12),
2. anuncio del Evangelio y llamada a la conversión (n. 13),
3. catecumenado e iniciación cristiana (n. 14),
4. formación de la comunidad cristiana, por medio de los sacramentos, con sus ministerios (nn. 15-18). (DGC 47)
El ministerio de la Palabra es elemento fundamental de la evangelización.
• La presencia cristiana en medio de los diferentes grupos humanos y el testimonio de vida necesitan ser esclarecidos y justificados por el anuncio explícito de Jesucristo, el Señor. «No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios».
• También quienes son ya discípulos de Cristo necesitan ser alimentados constantemente con la Palabra de Dios para crecer en su vida cristiana. (DGC 50)
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