UN ACERCAMIENTO A LAS CORRIENTES DE LA TEOLOGÍA CATÓLICA EN NUESTRO TIEMPO
Movimientos e ideas
El panorama que la teología presenta hoy es tan variado que desconcierta, por lo que es factible afirmar que una de las características más destacadas de la teología actual es el pluralismo. No en vano, el entonces cardenal Ratzinger expresaba en 1985: “La torrencial transformación que se ha abatido en el espacio de unos pocos años sobre la teología y la ha forzado a una autocrítica sobre su camino y sobre su esencia de una amplitud y profundidad desconocida desde la gran crisis del siglo XIII, en ninguna parte se hace tan palpable y perceptible como en el concepto de historia de la salvación,
a través del cual se pone sobre el tapete, en toda su extensión, el problema de la situación misma de la teología (Ratzinger, 1985, p. 204). Por eso, algunos se lamentan y dicen que antes del Concilio, la teología católica era fija,estática, segura, después del Concilio se ha vuelto fluida e incontrolable. La doctrina que se elaboró durante siglos se disipó como humo.
El caso es que en los años 60 del siglo XX hubo una fermentación enorme, dentro de la que se inscriben la desaparición de la neoescolástica, sobre lo que el cardenal Walter Kasper decía en 1987 que “No hay duda de que el acontecimiento más relevante en la teología católica en el siglo XX es la superación de la neoescolástica”. Pero están también el ecumenismo y el movimiento de repristinación o vuelta a las fuentes, todo esto se sintió y alcanzó su culmen en el Vaticano II. Al igual que el ocaso de la neoescolástica se ha producido un ataque demoledor a la metafísica: se considera que ya no se acepta hablar de Dios ni tratar las realidades cristianas dentro de los esquemas religiosos o metafísicos. Esto quiere decir que el Dios hablamos los cristianos no es el Dios de la metafísica ni el Dios de las religiones de este mundo, sino el Dios de “Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de los profetas, el Dios de Jesús”. Con esto se hace evidente un cambio radical de paradigma en la teología católica.
Quizás la máxima realización de la teología católica en el siglo XX, además del Concilio Vaticano II, ha sido la recuperación del misterio sobrenatural y de la antropología trascendente de la tradición cristiana impulsada por el movimiento teológico de la Nouvelle Thélogie. Un hecho que ha implicado una lucha intensa y profunda, y no solamente intelectual. Gracias a esta reconquista la teología católica se ha librado de ser una especulación abstracta y fría, una ingeniería mental, y ha rescatado su fundamento más allá de las metafísicas, incluida la de Aristóteles, más allá de todas las ideologías y filosofías, que servirían a la teología pero que nunca alcanzan a darle el fundamento que ella y la Iglesia tienen en el misterio sobrenatural, tal como lo proclama la Sagrada Escritura. Si hablamos de reconquista es porque el misterio sobrenatural había sido obnubilado en la teología católica. Pero no es sólo el fundamento lo que se ha recobrado, es también el fin último del hombre, que no se reduce a la sola inmanencia sino que es trascendente: la comunión con Dios en Jesucristo. Las ideologías del siglo XX-XXI han querido establecer esta antropología reduccionista del hombre y ha habido teologías, absurdo contrasentido, que se han prestado para eso. H. de Lubac y la Nouvelle Théologie han sido los combatientes católicos por la auténtica antropología cristiana…
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