El Papa Francisco reflexiona sobre la carta de San Pablo a los Gálatas, en la que el Apóstol reprende a Pedro por sus comportamientos incoherentes que causaban división en la comunidad. En este sentido, el Pontífice subraya que la hipocresía «pone en peligro la unidad en la Iglesia por la cual Jesús mismo ha rezado» y por ello alienta a todos, a «no tener miedo a la verdad ni ocultarnos detrás de una máscara» ya que esto «no nos permite ser nosotros mismos».
Vivir una Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios “hace nuevas todas las cosas” (cf. Ap 21,1-6). Significa recibir la esperanza de Cristo que entrega su vida en la cruz y que Dios resucita al tercer día, “dispuestos siempre para dar explicación a todo el que nos pida una razón de nuestra esperanza” (cf. 1 P 3,15).
«Los laicos que tengan la edad y los dones determinados por decreto de la Conferencia Episcopal podrán ser asumidos establemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólitos; sin embargo, tal atribución no les da derecho al sustento ni a la remuneración por parte de la Iglesia».
Nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. […] Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos»[6]. Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud.
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha lanzado este martes (1 de diciembre de 2020) un nuevo espacio web para “difundir el mensaje de fraternidad y amistad social”-en palabras de sus organizadores- de la última encíclica del Papa Francisco, ‘Fratelli tutti’.
También hoy, como en aquellos tiempos, algunos presentan el cristianismo como si fueran los ‘dueños de la verdad’, con la tentación de encerrarse en algunas formas y tradiciones del pasado, como posible solución para las crisis. Por esta razón Francisco afirmó que frente a “esta tentación”, la enseñanza que nos da el Apóstol en la Carta a los Gálatas es que “sigamos el camino liberador y siempre nuevo de Jesús crucificado y resucitado”.
Por ferviente deseo del Santo Padre, el mes de mayo se dedicará a un “maratón” de oración para invocar el fin de la pandemia, que aflige al mundo desde hace más de un año, y para la reanudación de las actividades sociales y laborales. El Papa Francisco ha querido implicar a todos los Santuarios del mundo en esta iniciativa, para que se conviertan en instrumentos de la oración de toda la Iglesia. La iniciativa se realiza a la luz de la expresión bíblica: “De toda la Iglesia subía incesantemente la oración a Dios” (Hch 12, 5). Descargue la lista de Santuarios y el subsidio litúrgico pastoral.
El año 2020 se caracterizó por la gran crisis sanitaria de COVID-19, que se ha convertido en un fenómeno multisectorial y mundial, que agrava las crisis fuertemente interrelacionadas, como la climática, alimentaria, económica y migratoria, y causa grandes sufrimientos y penurias. Pienso en primer lugar en los que han perdido a un familiar o un ser querido, pero también en los que se han quedado sin trabajo. Recuerdo especialmente a los médicos, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los hospitales y centros de salud, que se han esforzado y siguen haciéndolo, con gran dedicación y sacrificio, hasta el punto de que algunos de ellos han fallecido procurando estar cerca de los enfermos, aliviar su sufrimiento o salvar sus vidas…
El pesebre, un acto de evangelización por redescubrir y revitalizar.- “La representación del acontecimiento del nacimiento de Jesús – se lee en el texto – equivale a anunciar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios con sencillez y alegría”. “La contemplación de la escena de la Navidad – escribe el Papa – nos invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre. Y descubrimos que Él nos ama hasta el punto de unirse a nosotros, para que también nosotros podamos unirnos a Él. Con esta Carta quisiera alentar la hermosa tradición de nuestras familias que en los días previos a la Navidad preparan el belén, como también la costumbre de ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas… Es realmente un ejercicio de fantasía creativa, que utiliza los materiales más dispares para crear pequeñas obras maestras llenas de belleza. Se aprende desde niños: cuando papá y mamá, junto a los abuelos, transmiten esta alegre tradición, que contiene en sí una rica espiritualidad popular. Espero que esta práctica nunca se debilite; es más, confío en que, allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada”.
Mons. Luis Argüello y el P. Julio L. Martínez SJ presentan, en diálogo moderado por Jesús Avezuela, la encíclica Fratelli Tutti. En el marco de la Fundación Pablo VI y retransmitida por TRECE.